Desde su nacimiento en 1961, el mítico toldo a rayas amarillas y blancas de la boutique Giorgio Beverly Hills tuvo un efecto magnético entre la selecta clientela de Rodeo Drive; las estrellas más importantes del momento figuraban entre sus más fervientes seguidoras transmitiendo así al mundo una sensación de lujo y estilo. Su aroma evoca los cálidos vientos que mecen las palmeras de Beverly Hills.