¿Siempre has aplicado tu rutina de piel sin brocha pero usando solo los dedos? Desafortunadamente, este método de aplicación es dañino, además de cómodo: A través del uso de las manos, se liberan gérmenes y bacterias en la piel, que son los primeros culpables de la irritación y las imperfecciones. La brocha, por otro lado, es la herramienta ideal para esparcir los productos en tu rostro: ¡Es fácilmente lavable y ciertamente mucho más higiénica!
Diseñado para permitir una penetración profunda del producto, ¡está aquí para revolucionar tu rutina de cuidado de la piel!