Ingredientes nutritivos
Bakuchiol
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Desde hace más de 50 años la vitamina E ha tenido un puesto fijo en el cuidado cosmético de la piel. También conocida como tocoferol, promete protección ante las influencias externas y aporta hidratación. La vitamina E, imprenscindible en el cuidado de tu piel
Información revisada por expertos: gracias a la bioquímica Dra. S. Schunter de Múnich.
Mirado exactamente, la vitamina E es una denominación conjunta para una serie de sustancias diferentes. La vitamina E está formada por un grupo de sustancias liposolubles que juegan un papel esencial en el organismo humano. Las más conocidas, y también representadas con mayor frecuencia en lo que se refiere a cantidades, son los llamados tocoferoles -un motivo por el cual también se hace principalmente referencia a este grupo cuando se habla comúnmente de la vitamina E.
Entre los tocoferoles, el alfa-tocoferol (α-tocoferol) es el representante mejor investigado. Esto se debe especialmente a que el α-tocoferol tiene una función esencial para el cuerpo. Se encuentra en todas las membranas celulares, en las que tiene un efecto antioxidante. Esto no significa otra cosa que el α-tocoferol capta y neutraliza los oxidantes generados, por ejemplo, por estrés, radiación solar y otros factores ambientales.
En las membranas celulares humanas se encuentran estructuras que también reaccionan muy sensiblemente a daños provocados por oxidantes. De esta forma, el daño oxidativo de ácidos grasos y lipoproteínas que se encuentran en las membranas puede dañar de forma permanente la estructura de las células. Una administración suficiente de α-tocoferol puede restringir este daño [1]. Además, en su función antioxidante, el α-tocoferol también capta los oxidantes que pueden desencadenar reacciones inflamatorias y daños en el ADN de los núcleos celulares.
Los tocoferoles pueden ingerirse con la alimentación. Por su carácter liposoluble son ricos en vitamina E, principalmente, los aceites vegetales como el aceite de germen de trigo, de girasol y de oliva, así como los cereales, la verdura fresca y los frutos secos. La falta de vitamina E se suele poner de manifiesto con los siguientes síntomas:
Como la vitamina E no puede formarse en el marco del metabolismo humano ha de ser ingerida a través de la alimentación. Los nutricionistas recomiendan para adultos una ingesta de aprox. 12-14 mg de vitamina E al día. Aún cuando debido a su liposolubilidad la vitamina E puede concentrarse en el cuerpo -no se expulsa por la orina como en el caso de otras vitaminas hidrosolubles- prácticamente nunca se produce una sobredosis de vitamina E.
La vitamina E no solo puede ingerirse a través de la alimentación, sino también absorberse a través de la piel. Gracias a su carácter liposoluble y lipófilo, el α-tocoferol puede traspasar bien la barrera de la piel. De hecho, penetra bien en la capa córnea de la piel, donde puede concentrarse sin efectos secundarios. Por lo demás, la concentración de la vitamina E en la piel apenas puede influenciarse si la misma llega al cuerpo a través de la alimentación. Por el contrario, la entrada en el cuerpo a través de los productos para el cuidado de la piel tiene un efecto muy positivo sobre la piel y su estado como:
Sus efectos positivos sobre la piel y la buena tolerancia hacen de la vitamina E un valioso ingrediente en los tratamientos cosméticos, con independencia de la edad o del tipo de piel. lo fundamental es usar la suufiente cantidad de vitamina E.
Además de la cantidad, para el efecto, también es determinante el tipo de derivado de vitamina E utilizado. Mientras que el α-tocoferol puro (INCI: Tocopherol) es directamente eficaz en la piel, los derivados de la vitamina E (ver: "explicación suplementaria: los derivados de la vitamina E") primero han de ser transformados a la forma activa propiamente dicha - el tocoferol-. Ello hace que tarden más tiempo en desarrollar su efecto y son menos potentes que el tocoferol puro. La ventaja de estos derivados de la vitamina E, como por ejemplo tocopheryl acetat (acetato de tocoferol), es su mejor estabilidad y, con ello, su mayor conservabilidad en el producto de tratamiento. No obstante, también tienen un efecto antioxidante y desarrollan efectos positivos para la piel.
Explicación suplementaria: Los derivados de la vitamina E
Para beneficiarse lo mejor posible de las propiedades de la vitamina E para el cuidado de la piel, se recomienda usar productos de alta concentración, como sueros, ampollas o mascarillas ricos en este ingrediente.
La Vitamina E se tolera bien incluso en altas concentraciones de hasta el 20-25% y no provoca irritaciones, sensibilizaciones ni alergias [2].
Para un efecto duradero sobre el estado de la piel suelen ser adecuados los productos con alta concentración, como sueros, ampollas o mascarillas. La vitamina E puede integrarse tanto en la rutina cosmética de la mañana como de la noche. Si se utiliza por la mañana, la piel se beneficia de las propiedades fotoprotectoras y antioxidantes de la vitamina E. Por la noche, la concentración de la vitamina E en la piel puede favorecerse a través de sueros más ricos y altamente concentrados, lo que puede tener un efecto a largo plazo en el alisamiento de la piel y contenido de humedad.
La vitamina E, sobretodo en combinación con la vitamina C, desarrolla un efecto fotoprotector. Si bien, esto no debe considerarse una protección fundamental contra el sol y la radiación UV, como se conoce, por ejemplo, de los filtros de protección solar. En lugar de ello, la vitamina E actúa principalmente sobre las consecuencias producidas por la radiación solar. Por ejemplo puede reducir las quemaduras solares así como los daños en las células y estructuras cutáneas crónicos inducidos por los rayos UV [3].
"Aquél que entiende como actúan los ingredientes cosméticos, da el primer paso hacia un cuidado eficaz de la piel", dice la Dra. Sarah Schunter. Como doctora en Bioquímica, le encanta desenmarañar las frecuentemente encriptadas listas de ingredientes de productos para el cuidado de la piel: qué se encuentra en ellas y qué efectos tienen. Está convencida que con estos conocimientos se puede determinar el cuidado correcto para cada tipo y estado de la piel.
Bibliografía
[1] Schafer et al., Comparing beta-carotene, vitamin E and nitric oxide as membrane antioxidants. Biol Chem. 2002 Mar-Apr;383(3-4):671-81 (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/12033456)
[2] Fiume et al., Safety Assessment of Tocopherols and Tocotrienols as Used in Cosmetics. Int J Toxicol. 2018 Sep/Oct;37(2_suppl):61S-94S.(https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30235959)
[3] Eberlein-König und Ring, Relevance of vitamins C and E in cutaneous photoprotection. J Cosmet Dermatol. 2005 Jan;4(1):4-9.(https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17134414)