El contorneado imita el efecto de las luces y las sombras. Al aplicar tonos oscuros a tu rostro, haces que dichas zonas pasen a un segundo plano y parezcan más finas. Por otro lado, los tonos claros, los llamados iluminadores, resaltan determinadas zonas del rostro y acentúan tus rasgos de forma selectiva.
Gracias a los productos especiales de contorneado, tu rostro tendrá unos contornos más definidos y una mayor profundidad. Esta técnica especial de maquillaje hace que la nariz parezca más fina, los labios más rellenos y las mejillas y la mandíbula más pronunciadas.
¿Te parece demasiado abstracto a primera vista? ¡No te preocupes! Aquí te explicamos paso a paso cómo definir tu rostro con el contorneado. Ten en cuenta que el lugar perfecto en el que aplicar el contorno y los iluminadores depende de la forma de tu rostro. Cada cara es diferente, así que cada una necesita una técnica de contorneado diferente.
Para ello, deberás utilizar un producto de contorneado oscuro: aplícalo desde el nacimiento del cabello, por encima de las sienes y a lo largo del contorno de la cara hasta el centro de las mejillas. A continuación, dibuja una línea justo debajo de los pómulos y luego una a lo largo de la mandíbula. En conjunto, las líneas deben parecer un tres. Si quieres definir tu nariz, traza dos líneas verticales a lo largo del puente de la nariz. Aplica los iluminadores con moderación en forma de círculo en el centro de la frente, sobre y ligeramente por debajo de los pómulos, en el puente de la nariz y en la barbilla. A continuación, difumina todo bien con una esponja de maquillaje o con una brocha de contorneado.
Aplica el contorno a los lados de la frente, en la línea de nacimiento del cabello, bajo los pómulos y en forma de un óvalo horizontal sobre la barbilla. Si quieres definir tu nariz, dibuja dos líneas verticales a lo largo del puente de la nariz. A continuación, aplica iluminadores en forma de un óvalo horizontal en el centro de la frente, en los pómulos, en el puente de la nariz y un toque en el arco de Cupido. Por último, difumínalo todo bien.
Aplica un contorno oscuro en las sienes, en la parte inferior de los pómulos y en la línea de la mandíbula. De este modo, tus rasgos faciales parecen más suaves. Por último, aplica iluminadores a lo largo del puente de la nariz, en la frente, en la barbilla y un toque en el arco de Cupido.
En las caras finas, el contorneado es ideal para crear fácilmente más volumen. Para ello, solo tienes que aplicar un contorno oscuro en la frente, en la barbilla y en la parte inferior de los pómulos. Luego aplica los iluminadores en el puente y en la punta de la nariz, en el punto más alto de los pómulos y en el centro de la frente. Completa la técnica con un puntito de iluminador en el arco de Cupido.
Para un contorno perfecto, necesitas diferentes productos, como bronceadores, polvos e iluminadores, así como pequeñas herramientas como esponjas de maquillaje o brochas de contorno. A continuación, hemos recopilado para ti todos los imprescindibles que necesitas para el contorneado.
Si quieres un resultado natural, es muy importante que difumines bien los productos de contorno. Para ello, necesitas las herramientas adecuadas:
Utiliza una brocha de precisión compacta o una esponja de maquillaje húmeda para difuminar los productos en crema, como las barras de contorno. Por otro lado, el iluminador en polvo se puede aplicar con una brocha suelta o una brocha abanico.
Los productos de contorneado clásicos suelen ser la primera elección para muchas personas. Estos polvos o sticks son comparables a los bronceadores, pero tienen subtonos fríos. Sin embargo, como a veces tienen un efecto bastante intenso, muchas personas prefieren los bronceadores, ya que tienen un subtono cálido y contornean suavemente la cara. La elección de un bronceador o de un producto de contorno clásico depende de tu tono de piel. Si tu piel es clara, opta por productos de contorno clásicos con un subtono ligeramente grisáceo. En el caso de las personas de piel oscura, un bronceador en un tono marrón frío será la mejor opción.
Consejo: elige un bronceador que sea de un tono más oscuro que tu propio tono de piel para obtener un resultado más natural. Si un tono frío te parece demasiado intenso en tu rostro, elige un tono más cálido, ya que el resultado será mucho más suave.
Los productos de bronceado y contorno están disponibles tanto en polvo como en crema. Dependiendo de si eliges una barra o un producto en polvo, el resultado será diferente: si prefieres un acabado mate, te encantarán los productos en polvo, ya que atenúan ligeramente el brillo de la piel. Por otro lado, los bronceadores en crema o las barras de contorno especiales dejan un acabado húmedo y brillante que aporta una hidratación adicional a la piel seca.
Los iluminadores juegan un papel muy importante en el contorneado. Los iluminadores brillantes y los productos de contorno o bronceadores se complementan perfectamente entre sí: mientras que un producto de contorno frío crea profundidad, un iluminador brillante aporta brillo en zonas concretas.
Los iluminadores resaltan y acentúan ciertas facciones del rostro. ¿Cómo funciona? ¡Es muy sencillo!: simplemente reflejan la luz que incide. Por lo tanto, aplica el iluminador en todas aquellas zonas en las que se produzcan reflejos de luz naturales: en la zona T, en las sienes, en los pómulos y en el arco de los labios. De esta forma conseguirás un brillo que atraerá todas las miradas.
Consejo de producto: los iluminadores sin partículas brillantes o con muy pocas son la mejor opción para un look discreto. En cambio, si quieres deslumbrar de verdad, utiliza un producto con partículas brillantes grandes que reflejen la luz con intensidad.
Si quieres acentuar zonas concretas o dar forma a tu rostro con iluminadores. utiliza el strobing: una técnica de contorneado especial. En esta técnica, no se utilizan contornos oscuros, sino que solo se utilizan iluminadores para modelar el rostro.
El contorno y el iluminador son imprescindibles para un buen contorneado. Seguro que eso ya lo sabías, pero a continuación te mostraremos qué productos complementarios puedes utilizar para lograr un contorno como el de los profesionales.
¿Alguna vez has deseado que el maquillaje que tanto trabajo te ha costado hacer te dure intacto durante todo el día? ¡Entonces tenemos buenas noticias para ti!: la prebase, ya sea en spray, en crema o en polvo, crea una base uniforme para el maquillaje y hará que éste dure más tiempo. De esta forma, conseguirás una tez radiante y un acabado perfecto. Lo mejor de todo es que hay prebases para todos los tipos de piel.
Una base de maquillaje que se adapte a tu tono de piel es imprescindible para tener un cutis uniforme, ya que cubre las imperfecciones, los poros dilatados, las rojeces y las ojeras. Una base aplicada de forma uniforme garantiza las mejores condiciones para un contorno bien conseguido. Además del tono de piel adecuado, la cobertura y el acabado deseado también son cruciales a la hora de elegir un producto u otro. Lee nuestros consejos y descubre cómo encontrar la base de maquillaje perfecta para ti.
Fija tu maquillaje con polvos: te recomendamos utilizar el denominado «polvo banana» o «banana powder». Este producto matificante se compone principalmente de almidón de arroz, y no de bananas, como se podría suponer. Su nombre se debe meramente a su color: el amarillo aclara las ojeras oscuras. Al mismo tiempo, este producto matifica la piel gracias a su consistencia en polvo y evita los depósitos de grasa. Utilízalo como polvo fijador para fijar tu maquillaje. Aplícalo en las zonas en la que uses también corrector: en las ojeras y en la zona T.
Para su aplicación, lo mejor es utilizar una esponja de maquillaje o una brocha. A continuación, retira el exceso de polvo con una brocha grande y suave. Cuanto más tiempo actúe el polvo en tu rostro, más se aclarará. Los maquilladores profesionales conocen este efecto como «baking». Tras el baking, retira el exceso de polvo con una brocha lo más esponjosa posible. De esta forma, tu maquillaje se quedará intacto durante todo el día.
El colorete le da un toque de frescura al rostro. Esto es especialmente importante en la temporada de frío, ya que le dará un toque de color a tu cutis invernal. Independientemente de la forma de tu rostro, aplica siempre el colorete en el punto más alto de las mejillas, excepto en el caso de un rostro redondo, en el que debes empezar ligeramente por debajo de los pómulos. ¿Cómo encuentras ese punto? ¡Muy sencillo!: ríete con ganas mirándote al espejo, ya que cuando te ríes, el punto más alto de tus mejillas se dibuja claramente. Aplica un poco de colorete allí y luego difumínalo hacia los lados con movimientos suaves.
Información de interés: los coloretes en crema y en barra proporcionan a la piel seca un poco más de hidratación. El colorete en polvo matifica rápidamente la piel grasa, complementando el efecto de los polvos. El colorete líquido tiene un efecto muy natural y es apto para todos los tipos de piel.