El retinol liposoluble pertenece a la serie de los derivados de la vitamina A. La vitamina A es una vitamina esencial que se encuentra únicamente en los animales y el organismo humano. Se asimila generalmente a través de productos animales: huevos, lácteos o pescado. La vitamina A procedente de fuentes vegetales procede en su mayor parte de los denominados carotenoides Estos hacen las veces de vitamina precursora y por tanto también se denominan provitamina A. No liberan la propia vitamina A hasta que han sido procesados en el cuerpo.
Si no se asimila suficiente vitamina A a través de la alimentación, se evidencia una deficiencia junto a la ceguera nocturna, con frecuencia a través del estado de la piel: piel escamosa, arrugada y pálida que tiende a sufrir alteraciones de la queratinización. No en vano a la vitamina A se le llama también la restauradora de la piel. Pues reduce la desecación de la piel, la vuelve suave, la alisa y le da estructura.
El retinol es una de las sustancias mejor estudiadas en la dermocosmética y una de las pocas que, utilizada a largo plazo, contribuye a una reducción visible de las arrugas. Además, como antioxidante, el retinol protege frente al estrés oxidativo y se utiliza en el tratamiento del acné.
Aunque a menudo se compara el retinol con la vitamina A, la vitamina A en sentido estricto es un término genérico para designar una serie de sustancias naturales y sintéticas. Según los criterios y la clasificación, estas sustancias también se agrupan bajo el término retinoides. Ya sea vitamina A o retinoides, tienen en común el carácter liposoluble y la estructura básica. Se diferencian en su efecto en el sentido de que son a veces más fuertes y rápidos, a veces más débiles y lentos en su efecto.
El diferente inicio del efecto se explica al comprender que los distintos enlaces se convierten en el propio efecto gradual en el cuerpo. Cuantas más etapas deban efectuarse para pasar de éster de retinol a ácido retinoico, más lento y débil será el inicio del efecto.
En los productos para el cuidado de la piel se utilizan sobre todo el éster de retinol y el retinol (nomenclatura INCI: Retinol). Por su parte, el ácido retinoico es un medicamento prescrito para el tratamiento del acné y solo debe utilizarse con receta médica. De esta situación se deriva la consolidación del uso generalizado del retinol en el cuidado cosmético de la piel. Pues se observó un efecto secundario de una aplicación de ácido retinoico en el acné en el que las personas tratadas presentaban una reducción de sus arrugas en la piel.
Desde entonces, ya no se concibe un cuidado antienvejecimiento sin retinol. Si se tienen en cuenta los siguientes puntos, se pueden lograr efectos extraordinarios al utilizar para el cuidado de la piel productos que contengan retinol:
Los mejores resultados se consiguen con productos en los que se utilice realmente el retinol como ingrediente, por el contrario, el efecto antienvejecimiento de los ésteres de retinol es prácticamente insignificante. Por lo tanto se debe buscar "retinol" en la lista INCI y no dejarse engatusar por los ésteres de retinol con la esperanza de encontrar un producto lo más efectivo posible (reconocible en el uso de "retinilo").
Los productos con retinol de efecto potente requieren un cierto conocimiento de su potencia. Por eso en la mayoría de los productos se encuentran ésteres de retinol o, si se trata de un retinol puro, bajas concentraciones de retinol. Esto evita que se produzcan efectos secundarios y asegura la aceptación del producto por parte de las personas que lo usen.
Por cierto: las altas concentraciones de retinol no son las únicas efectivas. Las bajas concentraciones también tienen muchos beneficios a largo plazo aplicadas en sueros de retinol o cremas con retinol, siempre que se utilicen durante un tiempo prolongado. Quienes además combinen el retinol con protección solar, antioxidantes y otras sustancias para el cuidado de la piel, disfrutará a largo plazo de una piel fresca y cuidada.
"Quien entiende cómo actúan las sustancias cosméticas, ya ha dado el primer paso para un cuidado efectivo de la piel", declara la doctora Sarah Schunter. Como bioquímica doctorada, desentraña con placer las listas de sustancias de los productos cosméticos, que a menudo son crípticas: qué es lo que llevan y qué efecto tienen. Señala convencida: Con estos conocimientos se puede determinar el cuidado adecuado para cada tipo de piel y cada afección cutánea.
Bibliografía
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