Las pieles grasas son un tipo de piel muy habitual entre la población adolescente y también en edad adulta. Este tipo de piel se reconoce fácilmente por tener brillos en toda la zona del rostro, más allá de la popular zona T, y poros dilatados. Aunque no es necesario que tu piel tenga tendencia acneica, los rostros con piel grasa son mucho más propensos a la aparición de granos, puntos negros, exceso de sebo y otro tipo de imperfecciones.
La mayor concentración de brillo y grasa en este tipo de pieles se produce en la zona central, es decir las mejillas, frente y nariz. Estos son los síntomas más comunes de las pieles grasas:
Para paliar esta situación y evitar así la deshidratación y resequedad de tu dermis es necesario el uso de ciertos productos para el cuidado facial, como por ejemplo cremas faciales diseñadas específicamente para un tipo de piel grasa, jabones con pH neutro o limpiadores en leche.
Lo primero de todo es que elijas los productos de cuidado según tu tipo de piel, ya que cada piel tiene necesidades específicas. En el caso de las pieles grasas debes decantarte por productos que sean libres de aceites o con texturas fluidas como sérums y geles que no aporten mayor dosis de grasa. Lo ideal es utilizar texturas gel o cremas muy ligeras. Incluso puedes optar por sérums o cremas hidratantes para piel grasa a base de ácido hialurónico en lugar de una loción hidratante tradicional.
Las cremas para piel grasa con ácido glicólico también son una buena alternativa para combatir las imperfecciones y las marcas de acné tan frecuentes en la piel. Para recuperar la luminosidad y proteger tu dermis te recomendamos que incluyas este tipo de productos en tu rutina de cuidado facial de día y de noche. Una crema facial a base de agua por el día y con retinol u otro tipo de activos ácidos por la noche para regular la producción de grasa.
Estos son los activos que debe incluir tu próxima crema para piel grasa:
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