Aceites vegetales
Manteca de karité
La manteca de karité se extrae de las nueces del árbol del karité y nutre y protege las pieles especialmente sensibles y secas. También se le atribuyen propiedades calmantes y antiinflamatorias.
Tolerable y muy versátil: el aceite de almendra es apto para todo tipo de pieles, incluso para la piel sensible del bebé. Pese a que hoy día parece encontrarse a la sombra de los aceites exóticos en cuanto a su repercusión, merece la pena echar un vistazo a este clásico entre los aceites.
Información comprobada y recopilada en colaboración con la bioquímica Dra. Sarah Schunter, de Múnich.
El aceite de almendra (nomenclatura INCI: Prunus Amygdalus Dulcis Oil) se obtiene a partir de las semillas de la almendra dulce. Este aceite amarillo claro, a veces incoloro, tiene un aroma dulce y es uno de los aceites más tolerables para el cuidado de la piel. La elaboración se realiza mediante un prensado en frío suave o calentando las almendras. Los aceites de prensado en frío son siempre preferibles. Aunque son más caros, con este procedimiento las sustancias beneficiosas se mantienen en concentraciones mucho más elevadas.
El aceite de almendra se compone principalmente de ácido oleico monoinsaturado (aprox. 60-70 %) y ácido linoleico poliinsaturado (hasta el 20 %). Esto hace que el contenido en ácidos grasos insaturados sea más alto en comparación con otros aceites, lo que lo hace propenso a la oxidación. Por tanto, una vez empezado debe utilizarse dentro de un plazo de 6 meses.
Este aceite no es absorbido muy rápidamente por la piel, pero sí más profundamente. Gracias al alto porcentaje de ácido oleico, el aceite de almendra tiene un efecto ligeramente desestabilizador de la barrera cutánea. Esta propiedad puede ser tanto positiva como negativa. Una ventaja es que el aceite de almendra, debido a esta propiedad, se encuentra con frecuencia como complemento en productos para el cuidado de la piel a fin de favorecer el paso a la piel al resto de ingredientes. En zonas de la piel abiertas, inflamadas o en caso de neurodermatitis aguda, el efecto "potenciador" actúa como una desestabilización adicional de la ya de por sí frágil barrera cutánea.
En resumen, el aceite de almendra puede describirse como un aceite de base muy estable apto para cualquier tipo de piel, con excepción de afecciones con una barrera cutánea severamente deteriorada. Ya que no tiene un efecto comedogénico, se puede utilizar también en pieles con impurezas.
Se dice que algunos aceites vegetales son aptos como alternativa a los productos para la protección solar habituales. Sobre todo en el ámbito de la cosmética natural, se depositan muchas expectativas en una protección UV sin necesidad de filtros de protección solar orgánicos o físicos. Aunque en condiciones de laboratorio algunos aceites presentan un SPF (factor de protección solar) de 3 a 4, esto no ofrece en la práctica una protección suficiente frente a la radiación solar. El aceite de almendra se encuentra en algunos productos de protección solar, pero deben complementarse con filtros UV orgánicos para garantizar una protección razonable frente a las perjudiciales radiaciones UVA y UVB.
El aceite de almendra le da una textura suave y sedosa a las cremas, lociones y emulsiones. Además favorece la penetración de otras sustancias en la piel. Quienes toleren el aceite de almendra puro encontrarán una alternativa adecuada en productos con aceite de almendra.
El aceite de almendra es apto como producto de limpieza suave para eliminar maquillaje y rímel. Para ello, masajear la cara tras haber puesto unas gotas de aceite y a continuación enjuagar con agua templada. Ya que este método de limpieza tiene lugar sin emulsionante -que es el vehículo entre la fase acuosa y la liposoluble- es posible que la limpieza no resulte completamente exhaustiva. En caso necesario, realizar un segundo paso de limpieza.
"Quien entiende cómo actúan las sustancias cosméticas, ya ha dado el primer paso para un cuidado efectivo de la piel", declara la doctora Sarah Schunter. Como bioquímica doctorada, desentraña con placer las listas de sustancias de los productos cosméticos, que a menudo son crípticas: qué es lo que llevan y qué efecto tienen. Señala convencida: Con estos conocimientos se puede determinar el cuidado adecuado para cada tipo de piel y cada afección cutánea.