El cuidado de la piel puede calmar y aliviar diferentes afecciones y enfermedades de la piel. Sin embargo, si tienes una enfermedad cutánea o lo sospechas, siempre debe prevalecer el consejo de tu médico. Los dermatólogos y las dermatólogas son los únicos que pueden emitir diagnósticos médicos válidos y, en caso necesario, recomendar los tratamientos farmacológicos adecuados.
El acné fúngico es una afección cutánea de la piel que está producida por el hongo levaduriforme Malassezia, por lo que los dermatólogos también la llaman foliculitis por Malassezia. Por cierto, el hongo Malassezia se encuentra entre nuestra flora cutánea normal, junto con muchos otros microorganismos. En un principio puede sonar un poco raro, pero estos microorganismos desempeñan un papel decisivo en la salud de la piel, ya que contribuyen a estabilizar nuestro manto ácido.
Sin embargo, si la flora cutánea sufre alteraciones, puede ocurrir que aumente la proporción del hongo Malassezia, afectando al equilibrio de la flora. En ese caso, es posible que aparezca el acné fúngico.
Síntomas del acné fúngico
El acné fúngico puede aparecer a cualquier edad, ya que el hongo Malassezia se encuentra permanentemente en nuestra piel. Sin embargo, dado que la flora cutánea varía en función de la edad y puede cambiar, esto influye en el desarrollo del acné fúngico. Esto se debe, entre otras cosas, al aumento de la producción de sebo que suele producirse en la pubertad y en la juventud. A esas edades, la piel suele ser más grasa y aceitosa, ya que las glándulas sebáceas (que también están reguladas por las hormonas) producen más grasas. Esto, a su vez, no solo es el alimento perfecto para el hongo Malassezia, lo que contribuye a su propagación, sino que además parece que el hongo es capaz de penetrar aún más profundamente en las glándulas de la piel.
Cuando la producción de sebo y el contenido de grasa de la piel se vuelven a regular con el paso de los años, la tendencia al acné fúngico también disminuye gradualmente.
En la mayoría de los casos, el acné fúngico se puede detectar de inmediato por sus característicos síntomas. Si tienes dudas, debes consultar a un/a especialista. Los/as médicos/as pueden emitir un diagnóstico claro y, en determinadas circunstancias, prescribir un antifúngico. Los medicamentos antifúngicos actúan contra a los hongos: el más habitual para el acné fúngico es el ketoconazol. Los antibióticos solo actúan contra las bacterias y, por tanto, no son eficaces en el caso del acné fúngico (e incluso pueden empeorarlo).
El acné fúngico no se puede tratar con aceite de árbol de té, zumo de limón ni vinagre de manzana. En lugar de mejorar la piel, existe el peligro de empeorarla, ya que la pueden irritar.
El aumento de las temperaturas puede contribuir a la inflamación y a una mayor producción de sudor. Obviamente, esto no se puede evitar siempre, pero te recomendamos no ir a la sauna ni tomar el sol directamente. En cambio, lo que sí funciona muy bien es refrescar las zonas afectadas, ya que esto calma la piel y reduce las rojeces: puedes usar, por ejemplo, una piedra fría o un rodillo de jade que hayas metido previamente en el frigorífico.
.Además de las temperaturas elevadas, el sudor también puede ser problemático para el acné fúngico, porque contiene sustancias que favorecen el crecimiento de este hongo. Por eso, después de hacer ejercicio, dúchate para eliminar el sudor y cámbiate de ropa inmediatamente.
El cuidado adecuado de la piel con acné fúngico se basa, entre otras cosas, en no favorecer aún más el crecimiento del hongo Malassezia. Por eso, es importante que sepas que algunos ingredientes de los productos para el cuidado de la piel son precisamente un alimento para este hongo:
Sin embargo, también hay ingredientes que sí son adecuados para su uso en pieles con acné fúngico:
Además de los productos de cuidado adecuados, la limpieza es un paso muy importante en la rutina de cuidado de las pieles con acné fúngico, ya que el hongo Malassezia se reproduce especialmente bien cuando hay grasa y sebo. Sin embargo, la limpieza no debe ser excesiva, porque tampoco se trata de eliminar completamente la grasa ni a este hongo de la piel. Más bien, consiste en reducir el exceso de sebo de una forma suave para la piel. Por ello, la limpieza de las pieles con acné fúngico tiene que ser suave y profunda al mismo tiempo.
«Quien entiende cómo actúan las sustancias cosméticas, ya ha dado el primer paso para un cuidado efectivo de la piel», explica la doctora en bioquímica S. Schunter. Como doctora en bioquímica, le encanta desentrañar las listas de ingredientes de los productos cosméticos, que a menudo son crípticas, para descubrir qué llevan y qué efecto tienen. La Dr. Schunter señala convencida que con estos conocimientos, se puede determinar el cuidado adecuado para cada tipo y necesidad de la piel.
Bibliografía
Rubenstein RM and Malerich SA, Malassezia (pityrosporum) folliculitis. J Clin Dermatol. 2014 Mar;7(3):37-41.