Cuidado de la piel
Desmaquillarse correctamente
Te contamos por qué debes desmaquillarte siempre, qué productos desmaquillantes se adaptan a tu tipo de piel y te explicamos la mejor forma de desmaquillar tu rostro.
Una piel profundamente limpia
¿Lo que se hace dos veces se hace mejor? Sí, al menos en el caso de la doble limpieza. Este método de limpieza tiene como objetivo conseguir una piel bonita y cuidada. Pero, ¿en qué consiste? Aquí te contamos qué es exactamente la doble limpieza facial, qué productos necesitas y cómo se hace.
El método de la doble limpieza tiene su origen en Japón. En esta forma especial de limpieza facial, se eliminan los restos de maquillaje, el sudor y las impurezas de la piel en un primer paso con un producto a base de aceite y en un segundo paso con un producto a base de agua. El concepto de la limpieza doble es que las sustancias semejantes se disuelven entre sí. Algunos productos de belleza, como el maquillaje y la crema solar, contienen aceite (de ahí el uso del limpiador a base de aceite), mientras que el sudor, por ejemplo, es soluble en agua. Además, el producto limpiador empleado en el segundo paso puede penetrar mejor en la piel una vez que se haya eliminado el maquillaje, etc.
Por eso, la doble limpieza es perfecta para todos aquellos a los que les gusta maquillarse.
Para el primer paso de la doble limpieza, el aceite limpiador y el bálsamo limpiador son las opciones habituales. Ambos productos contienen aceites que disuelven de forma efectiva determinados productos de maquillaje. De esta forma, atraen como pequeños imanes las bases de maquillaje de base oleosa, el corrector líquido, pero también las cremas, etc., y eliminan estos productos rápidamente de la piel.
Para saber qué limpiador es adecuado para ti, debes tener en cuenta dos factores: las necesidades de tu piel y tus preferencias personales.
Aceites limpiadores: están enriquecidos con distintos aceites vegetales (por ejemplo, aceite de argán o de semillas de uva) y eliminan eficazmente el maquillaje y el exceso de sebo. Como el aceite en sí no se disuelve en agua, estos aceites limpiadores especiales contienen emulsionantes, que se encargan de que todo el producto se pueda aclarar con agua sin dejar residuos. Los aceites naturales puros no contienen emulsionantes y, por tanto, solo están indicados para la limpieza de forma limitada.
Bálsamo limpiador: el bálsamo sólido se derrite con el calor de la piel y se convierte en un aceite líquido. Este producto se aplica realizando movimientos circulares en la piel y se retira con agua, dejando una sensación de limpieza y suavidad en la piel.
En el segundo paso, se emplea el limpiador facial a base de agua. Gracias al trabajo previo del aceite limpiador, ahora puedes eliminar de forma óptima los últimos restos de suciedad, impurezas y sudor de la piel. Además, muchos geles y espumas limpiadoras a base de agua contienen ingredientes como el ácido salicílico o extractos de plantas que se adaptan a las necesidades de tu piel y pueden prevenir las imperfecciones cutáneas, por ejemplo. En este caso, también puedes elegir entre diferentes texturas.
Tu piel tiene sus propias necesidades específicas: esto se aplica tanto al cuidado como a la limpieza. A continuación, puedes ver qué productos son los más adecuados para ti en función de tu tipo de piel.
Si tienes un tipo de piel normal, significa que tu piel no es propensa a tener zonas secas, tirantes o grasas. Esto significa que está naturalmente equilibrada y lo suficientemente hidratada. Para que esto siga así, puedes apostar por una doble limpieza profunda. ¿Por qué? El maquillaje, la crema solar y otros productos similares se depositan en la piel y pueden resecarla en determinadas circunstancias o incluso provocar imperfecciones. Por eso, es muy importante limpiarnos la cara por la noche.
Dadas las características de tu piel, el aceite limpiador y el limpiador a base de agua no deben ser ni muy ligeros ni muy nutritivos. Por eso, recurre a un aceite limpiador (o bálsamo) que limpie tu piel profundamente y con suavidad. Aplícalo sobre el rostro seco realizando movimientos circulares, masajéalo en tu piel y luego acláralo con agua. Para el segundo paso, puedes ver qué producto te va mejor. Por ejemplo, puedes usar un gel limpiador suave o una espuma.
Las pieles secas y sensibles tienden a irritarse. Por eso, es importante que utilices productos suaves y nutritivos para la doble limpieza. En el primer paso de tu rutina de doble limpieza, utiliza un aceite limpiador suave, que elimine eficazmente el maquillaje y otros productos, como la crema solar. En lugar de espuma o gel, puedes utilizar una leche limpiadora en el segundo paso. Una vez aplicada y tras esperar a que haga efecto, aclárala con agua. Un consejo: el contacto con el agua también puede estresar la piel. Por eso, puedes intentar aplicar la leche directamente sobre el aceite masajeado y aclarar los dos productos a la vez.
Para el segundo paso, también puedes probar con un agua micelar que contenga ingredientes naturales calmantes como el extracto de moringa o de genciana. Si tienes la piel sensible o seca, te recomendamos no utilizar un gel limpiador, ya que puede contener ingredientes que deshidraten tu piel. El agua micelar es especialmente suave: se aplica fácilmente con un disco de algodón y luego se aclara con agua.
Aunque en principio pueda parecer contradictorio, las pieles grasas o mixtas también se benefician de la limpieza con productos a base de aceite. En realidad es lógico, porque, como ahora sabes, el aceite disuelve la grasa y, por tanto, también el exceso de sebo de tu piel. Después de masajear suavemente el aceite en la piel y aclararlo, aplica una espuma o un gel limpiador a base de agua. Además, el ácido salicílico y la arcilla contribuyen a limpiar tu piel en profundidad.
¿Cuál es el momento perfecto para limpiar tu rostro de forma profunda? No hay duda: por la noche, antes de irte a la cama. ¿Por qué? Los limpiadores a base de aceite y agua eliminan la suciedad que se ha ido acumulando en tu piel a lo largo del día. Además, esta limpieza profunda permite que los productos de cuidado y sérums que apliques a continuación penetren más profundamente en la piel y puedan actuar de forma más intensiva durante la noche, para que la piel esté radiante al despertar.
¡Importante! Utiliza siempre los productos de belleza adecuados para las necesidades de tu piel que te hemos indicado anteriormente.
Vierte un poco de limpiador a base de aceite en tus manos para que el producto adopte la temperatura de tu piel y se pueda distribuir fácilmente.
Ahora, aplica el aceite o el bálsamo templado en tu rostro, realizando movimientos circulares. Algunos productos también pueden utilizarse en la zona de los ojos.
En este paso, la base de maquillaje, el protector solar y el resto de productos ya se han fusionado con el aceite. Ahora solo tienes que aclararte la cara con agua.
Ahora es el turno del limpiador a base de agua. En primer lugar, mójate la cara. Vierte una pequeña cantidad de tu limpiador a base de agua en tus manos y aplícalo con cuidado en el rostro, evitando la zona de los ojos. Masajea el producto suavemente y acláralo con abundante agua tibia. Con una toalla de microfibra, seca el rostro dando golpecitos suaves. ¡Tu cara estará limpia y podrás continuar con tu rutina habitual de cuidado por la noche!