Temperaturas bajas, humedad del aire reducida, espacios interiores calientes y viento frío son algunos de los factores que durante el invierno someten tu piel a un gran esfuerzo. Especialmente ese cambio entre frío y calor es un factor de irritación esencial para la piel descubierta, ya que puede secarla, agrietarla y sensibilizarla. Por ello, el cuidado de la piel en invierno debería adaptarse a dichas circunstancias.
Cuando hace más frío, las glándulas sebáceas producen menos grasa. Al mismo tiempo, la grasa existente no se reparte correctamente. Debido al bajo contenido en lípidos, la barrera cutánea se agrieta y permeabiliza con mayor rapidez. Estos factores favorecen, además, la llamada pérdida de agua transepidérmica (TEWL, por sus siglas en inglés). Por esta, la piel pierde agua mucho más fácilmente en invierno. A esto hay que añadir la baja humedad del aire: la misma hace que sientas la piel seca en invierno.
En invierno, las partes del cuerpo y de la piel expuestas necesitan grasa y humedad adicional. Con frecuencia, este es el tiempo para una rutina de skincare enriquecida. Esto no significa automáticamente más grasa, es decir que los aceites son un complemento, pero no pueden usarse como cuidado único bajo ningún concepto. En invierno, la clave es una mezcla equilibrada de sustancias relajantes, hidratantes y estabilizadoras de la barrera como:
En el día, puedes enriquecer la hidratación habitual, con un aceite adecuado. Sin embargo, frecuentemente esto no es suficiente. Por eso puede ser necesario elegir un producto completamente diferente como alguna crema con un alto contenido de lípidos, ácidos grasos y sustancias nutritivas más ricas.
También puede ser conveniente tratar áreas de la piel especialmente sensibles, como los labios o la zona de los ojos, con emulsiones W/O (emulsiones de agua en aceite). Estas emulsiones tienen una base grasa y contienen agua en menor cantidad.
Una mirada a la lista de ingredientes te puede dar la primera indicación de que se trata de una emulsión W/O: si la misma no empieza con "Water" o "Aqua" (agua), la proporción de la base de agua es más bien reducida. Los productos correspondientes se reconocen frecuentemente por la denominación "Cold Cream" (literalmente, crema fría). Como los mismos dejan una clara película grasa en la piel, solo son condicionadamente adecuados para el cuidado diario de toda la cara.
Usualmentee poco antes de ir a a la cama no vas a tener visitantes, por lo que en la noche puedes complementar tu rutina de skincare con una crema de cuidado intensivo más rica en grasas y aceites. Las sustancias nutritivas que contienen este tipo de productos pueden penetrar óptimamente en la piel durante este momento del día.
Con frecuencia, estas cremas tienen propiedades oclusivas. Aún cuando la "oclusión" significa "cierre", esto no significa que se produce una "hermetización" completa de la piel. En lugar de ello, las cremas oclusivas hacen que la pérdida de agua transepidérmica se minimice determinantemente.
Si estás durante mucho tiempo al aire libre sometida a temperaturas muy bajas (como ocurre en el caso de practicar deportes de invierno), deberías utilizar un protector contra los rayos UV y también productos protectores contra el frío a base de vaselina y aceites minerales. Aunque estos dejen una sensación de pesadez en la piel, son muy importantes porque reducen la pérdida de agua transepidérmica.
Por ello, son especialmente adecuados para la protección y el cuidado de areas tan sensibles como los labios, la nariz o la zona de los ojos. Con frecuencia, estos productos se encuentran de forma de lápices que hacen posible una aplicación concreta y fácil de repetir. Otra de las ventajas: muchos de los lápices de este tipo contienen un filtro UV, pues la protección solar es un tema que tampoco hay que descuidar en invierno.
Adaptar el cuidado personal en invierno representa un componente. Pues, además de los productos puramente concebidos para el cuidado de la piel, también hay otras posibilidades de relajar la piel:
«Quien entiende cómo actúan los ingredientes cosméticos, ya ha dado el primer paso para un cuidado efectivo de la piel», afirma la doctora Sarah Schunter. A Sarah, Doctora en Bioquímica, le encanta desentrañar las listas de ingredientes de los productos cosméticos, que a menudo son crípticas: qué contienen y qué efecto tienen. Ella está convencida de que con estos conocimientos se puede determinar el cuidado adecuado para cada tipo de piel y cada afección cutánea.