«¡Qué piel tan bonita tienes y sin nada de maquillaje!» Si oyes a menudo esta frase, aunque lleves base de maquillaje, es que lo has hecho todo bien. Recuerda esto siempre: ¡la base perfecta es la que no se ve!
La base de maquillaje sienta las bases de tu maquillaje y también se conoce como fondo o foundation. Este producto puede disimular rojeces, imperfecciones o hiperpigmentación, o simplemente darle un brillo suave a tu cutis. La última generación de bases de maquillaje puede hacer mucho más que disimular e igualar: las llamadas bases híbridas a menudo contienen ingredientes valiosos para el cuidado de la piel que pueden tener un efecto alisador o hidratante.
Si la base de maquillaje se adapta perfectamente a tu tipo y tono de piel, podrá fundirse con esta sin que se note. Por ejemplo, si la fórmula es demasiado seca o el tono demasiado oscuro para tu piel, es posible que tenga un efecto «apelmazado» y de máscara. El exceso de producto o los bordes poco difuminados en la línea de la mandíbula pueden indicar que no te has aplicado correctamente la base de maquillaje.
En resumen: bien aplicada, la base de maquillaje hará que tu cutis se vea más bonito.
La gama de bases de maquillaje disponibles es muy amplia. Para que no tengas que probar innumerables bases de maquillaje al azar, lo lógico es determinar la textura ideal según tu tipo de piel.
Ten también en cuenta la estación del año y no utilices la misma base todo el año: en verano suele ser suficiente una base fluida ligera, mientras que en invierno tu piel necesita una textura más nutritiva. Muchos fabricantes tienen en su gama la misma base de maquillaje con diferentes fórmulas.
Aquí encontrarás un resumen de los distintos tipos de bases de maquillaje e información sobre el tipo de piel para el que son adecuadas.
Consejo: si tienes la piel muy grasa, asegúrate de que tu base de maquillaje lleva la etiqueta «matificante». Esto significa que algunas fórmulas líquidas o cremosas también contienen ingredientes especiales que absorben la grasa y, por tanto, pueden evitar los antiestéticos brillos. Las principios activos como la perlita, el caolín o el talco también pueden ser excelentes matificadores.
Para encontrar el tono adecuado para tu piel, deberías probar la base sobre tu piel a la luz del día. La luz artificial puede distorsionar visualmente el color. Para hacer la prueba, aplica un poco de base entre la barbilla y el cuello: así podrás ver fácilmente si el color se funde con tu piel o si queda poco natural. En caso de duda, elige siempre el tono más claro y amarillento.
Consejo: prueba siempre tres tonos diferentes para hacerte una idea rápida de cuál es el adecuado. ¿No te queda bien ningún tono? En el caso de las bases de maquillaje líquidas, puedes comprar dos tonos y mezclarlos en el dorso de la mano antes de aplicarlos. Sin embargo, mezcla las texturas solamente si son el mismo producto del mismo fabricante.
¿Ya has encontrado tu base perfecta, pero ahora no sabes cuál es la mejor forma de aplicarla? La variedad de herramientas disponibles para aplicar la base de maquillaje es muy amplia: la opción correcta para ti depende de la textura de tu base de maquillaje y de tus preferencias. ¡Es importante que te sientas cómoda con el manejo y que puedas trabajar con la herramienta sin problemas!
Actualmente tienes a tu disposición las siguientes herramientas para aplicar tu base de maquillaje:
Consejo: limpia tus herramientas cada semana con un champú suave o un producto de limpieza especial para brochas y esponjas. Si se acumulan demasiados restos de maquillaje y suciedad, pueden convertirse en un caldo de cultivo ideal para los gérmenes. En concreto, si tienes imperfecciones en la piel, asegúrate de tener una buena higiene. Las esponjas deben sustituirse por otras nuevas cada tres o seis meses.
Para que tu base aguante todo el día, la preparación de la piel es tan importante como la aplicación de la propia base. El proceso de preparación consta de tres pasos:
Para que la base de maquillaje te deje la piel aun más radiante, siempre debes limpiarla antes. Para ello, utiliza un producto limpiador adecuado para tu tipo de piel y que no la reseque demasiado. Después de la limpieza, debes sentirla fresca, pero no tirante. Si quieres, puedes utilizar un tónico facial después. Este producto la hidratará y preparará tu piel de la mejor manera posible para el cuidado posterior.
Ahora es el momento de tu crema de día. Los productos con ácido hialurónico son especialmente adecuados como tratamiento previo a la base de maquillaje, ya que rellenarán las líneas finas y harán que tu piel parezca más firme. ¿Tu crema de día favorita no contiene ácido hialurónico? En ese caso, también puedes añadir un sérum de ácido hialurónico a tu rutina de cuidado. Por último, no olvides ponerte crema de ojos: suaviza las líneas finas y secas alrededor de los ojos en las que podría acumularse el corrector.
Asegúrate también de que tu crema de día tiene un factor de protección solar alto. Aunque las bases de maquillaje contienen protección UV, nunca es suficiente. Tu crema hidratante debe tener al menos un FPS 30 o, incluso mejor, FPS 50. Esto te proporcionará una protección óptima contra el envejecimiento prematuro de la piel causado por la radiación UV.
Hemos llegado al paso previo al maquillaje: la prebase. Este producto es un tratamiento previo perfecto para la base, minimizando visualmente los poros dilatados y rellenando las líneas de expresión como un agente difuminador. También prolonga la duración de tu base y matifica tu cutis. Si utilizas una prebase con partículas brillantes, podría potenciar la luminosidad de tu base de maquillaje.
Consejo: espera siempre unos minutos después de aplicarte la crema hidratante y la prebase para que se absorban las texturas. Si no esperas lo suficiente, se pueden formar grumos de maquillaje al aplicarlo.
Una vez que tu piel esté óptimamente preparada y hayas encontrado tu base de maquillaje perfecta, puedes ponerte manos a la obra. Nuestra guía paso a paso te mostrará cómo aplicar correctamente tu base de maquillaje.
Busca un lugar junto a una ventana. La luz del día debe incidir sobre tu cara e iluminar bien todas las zonas. Esto también te ayudará a reconocer más tarde si has difuminado bien la base de maquillaje en los bordes del rostro.
Si utilizas una base de maquillaje líquida o en crema, aplica una pequeña cantidad en el dorso de la mano y mojar la brocha o la esponja en ella. También puedes mezclar dos tonos (¡del mismo producto y fabricante!). Empieza con un poco de color y comienza a aplicarlo en la nariz. A continuación, sigue lentamente hacia el exterior. La brocha te permite extender la base, mientras que la esponja y la borla funcionan mejor a base de toquecitos. Si utilizas tus dedos, puedes calentar primero la base entre las manos y, a continuación, aplicarla con pequeños movimientos de barrido. También puedes aplicarla con movimientos circulares, como cuando te aplicas la crema hidratante, o con golpecitos.
Asegúrate de difuminar bien el maquillaje en el nacimiento del pelo, las orejas y la línea de la mandíbula. En caso de duda, aplica el color un poco por debajo de la barbilla en lugar de crear un borde afilado en la línea de la mandíbula.
¿No te parece que el resultado cubra lo suficiente? Entonces aplica una segunda capa de base de maquillaje: utiliza una esponja para aplicar las capas o mejorar el acabado en zonas concretas. Ten en cuenta que, si usas demasiada base, le quitarás el brillo natural a la piel, Por lo tanto, es importante encontrar la dosis adecuada. Si te has pasado, puedes dar marcha atrás: elimina el exceso de producto con una borla o esponja limpia.
Si aplicas el corrector justo después de la base de maquillaje, evitarás usar mucha cantidad. Esto se debe a que normalmente ya has cubierto suficientemente todas las rojeces e imperfecciones con la base de maquillaje. Elige un corrector uno o dos tonos más claros que tu base de maquillaje y utilízalo solo para cubrir las sombras oscuras y las pequeñas imperfecciones que aún te molesten. Utiliza la punta de una esponja en forma de gota o una brocha de corrector para difuminarlo todo bien.
Para evitar que la base de maquillaje desaparezca antes de tiempo a lo largo del día o empiecen a salirte brillos, puedes usar un poco de polvos sueltos o un spray fijador especial para que dure más. Si utilizas el spray, asegúrate de mantenerlo alejado a unos 20 centímetros de la cara.