El bronceador imita un ligero bronceado en tu piel, le aporta calidez a tu rostro y te proporciona una tez fresca y radiante. Por este motivo, a diferencia de otros productos como, por ejemplo, el colorete, solo lo encontrarás en tonos tierra. El bronceador está disponible en muchas formas y texturas: en polvo, en crema o en barra, brillante o mate.
Como también se puede utilizar para sombrear, algunos artistas del maquillaje lo usan para realzar los contornos de la cara. No obstante, te recomendamos que lo uses más bien para darle un aspecto fresco y radiante a tu maquillaje, tras el contouring o simplemente después de la base. No debes sustituir los polvos para contouring por bronceador. Aquí te explicamos por qué.
Tanto el bronceador como los productos para contouring pueden sombrear determinadas zonas para realzar los contornos de tu rostro. La gran diferencia radica en el tono. La función principal del bronceador es que tu piel esté radiante, por eso, estos polvos dorados siempre tienen tonos cálidos. Le aportan a tu piel un brillo natural, como si hubieras tomado el sol. En función del tono de tu piel, puedes encontrarlos en una gran variedad de tonos y sombreados, que van desde claros hasta oscuros. Todos estos tonos tienen en común la calidez en el espectro visible.
Sin embargo, los polvos para contouring se utilizan para dibujar y acentuar de forma específica los contornos de tu rostro. Por lo tanto, se aplican en las zonas de la cara en las que se proyecta sombra. De este modo, los rasgos se realzan con mayor intensidad y tus facciones quedarán más definidas. Para que el look de contouring tenga un aspecto natural, los tonos se acercan más bien a la gama fría. Si utilizas polvos bronceadores cálidos en lugar de los polvos para contouring fríos para dibujar las sombras, rápidamente conseguirás un efecto poco natural. Por lo tanto, no utilices el bronceador como alternativa a los polvos para contouring. Mejor úsalo para completar tu look. ¡Así obtendrás un acabado perfecto para tu maquillaje!
Para obtener un look natural, te aconsejamos que utilices un bronceador adecuado para el subtono de tu piel. Para elegir el tono correcto, guíate por el color que adopta tu piel cuando tomas el sol. El color debe ser como máximo de dos a tres tonos más oscuro que tu piel. ¿Por qué? Si el bronceador es demasiado oscuro, fácilmente quedará un resultado "sucio". Si es demasiado oscuro, tendrás un aire cansado y parecerá que estás agotada. No obstante, el tono correcto se fundirá con tu piel y hará que esté radiante.
Estos son los tonos de bronceador adecuados para el subtono de tu piel
Para aplicar el bronceador, necesitas el producto que hayas elegido y una brocha. Las brochas más adecuadas son las grandes y esponjosas. Con ellas no se dibujan líneas definidas, sino que se distribuyen los polvos por toda la superficie, difuminándolos suavemente. Esto resulta aún más fácil si la brocha se estrecha por los lados: así acentuarás tus pómulos de forma específica. El bronceador se aplica del mismo modo tanto en las caras redondas como en las caras finas.
Antes de comenzar a aplicar los polvos bronceadores, tu rostro debe tener un aspecto homogéneo. Para ello, utiliza como siempre una base y después aplica polvos. De este modo contrarrestarás los brillos y crearás la base perfecta para el bronceador.
El exceso de bronceador se traduce rápidamente en un aspecto poco natural. Por eso, toma una cantidad generosa de bronceador con la brocha y dale unos golpecitos para expulsar el exceso de pigmento. Con este truco, te asegurarás de tener exactamente la cantidad correcta de producto en tu brocha.
Comienza a aplicar los polvos bronceadores en las zonas donde te pones morena en verano. El primer punto es la frente: si tu frente es alta, pasa la brocha de izquierda a derecha con movimientos suaves, por la parte superior hasta las sienes. Si tu línea de crecimiento del pelo es baja, los polvos de color harán que tu cara parezca más corta. En este caso, simplemente sáltate este paso.
En verano, la barbilla y la nariz también se ponen morenas y por eso no debes prescindir del bronceador en estas zonas. Por lo tanto, aplica bronceador en tu barbilla y en el tabique nasal. Para ello, mueve la brocha de izquierda a derecha por ambas partes.
Dale un poco de color a tu cuello. Así conseguirás unificarlo de manera armoniosa con el resto de tu maquillaje. Para un brillo aún más completo, ponte también un poco de bronceador brillante en el escote.
Para finalizar, comprueba si has dibujado todas las líneas de la forma más suave posible. Si es necesario, difumínalas de nuevo con tu brocha para que no se vean líneas definidas. Así conseguirás un look natural.