La esponja de maquillaje sirve para aplicar la base, difuminar los productos de contorneado y aplicar los polvos con una leve presión. Por lo tanto, esta herramienta entra en contacto a diario con una gran variedad de productos cosméticos y con tu piel. Es importante limpiarla periódicamente porque absorbe en profundidad el maquillaje, el agua y las células muertas de la piel, por lo que constituye un caldo de cultivo ideal para las bacterias.
Si al día siguiente vuelves a maquillarte con la esponja, introducirás las bacterias y la suciedad en tu rostro, lo que puede provocar rápidamente inflamaciones y granos.
Ya sea un simple lavado diario, una limpieza intensa o un lavado rápido en el microondas, tienes varias opciones según el tiempo que puedas invertir en limpiar tu esponja de maquillaje. Aquí te presentamos tres métodos.
Para la limpieza diaria después de tu rutina de maquillaje, simplemente lava la esponja con agua y jabón. Humedécela bien y aplica un poco de jabón. Masajea bien toda la superficie con el jabón y enjuágala luego con agua templada hasta que el agua salga completamente clara. En el caso de depósitos de maquillaje persistentes, es posible que tengas que enjabonarla y aclararla varias veces hasta eliminar todos los residuos. A continuación, pon la esponja en un lugar bien ventilado, como una estantería abierta o el alféizar de una ventana, y pon debajo un paño de microfibra absorbente para que se seque bien.
Si quieres limpiar tu esponja de maquillaje y acabar realmente con todos los gérmenes, puedes hacerlo con calor, o más exactamente, con agua hirviendo. En primer lugar, vierte agua caliente y el limpiador de tu elección en un cuenco o taza pequeños pero hondos. A continuación, limpia la esponja de maquillaje con agua y colócala en el cuenco lleno. Enjabónala bien y déjala en remojo durante media hora.
A continuación, masajea bien toda la superficie de la esponja de maquillaje. Al mismo tiempo, pon agua a hervir. Enjuaga bien la esponja bajo el grifo y ponla en un cuenco resistente al calor o en el fregadero. Luego échale por encima el agua hirviendo. Este método acabará incluso con las bacterias más resistentes. Sin embargo, ten cuidado de no quemarte al hacerlo, ya que es peligroso. Por último, coloca la esponja de maquillaje en un lugar bien ventilado y deja que se seque.
¿Tienes microondas? Entonces puedes limpiar tu esponja con calor en pocos minutos y al mismo tiempo deshacerte de los gérmenes y bacterias. Para hacerlo, sigue estos pasos: llena hasta la mitad un recipiente apto para el microondas con limpiador para esponjas de maquillaje o una mezcla de agua y champú infantil, desmaquillante o jabón. A continuación, introduce la esponja de maquillaje en el líquido. Cuando se haya empapado del todo, mete el recipiente en el microondas durante un minuto a 900 vatios.
Si miras en el recipiente, verás que todos los restos de maquillaje se han disuelto en la mezcla de agua. A continuación, enjuaga la esponja con agua limpia y colócala en un lugar bien ventilado para que se seque.
Lamentablemente, la esponja de maquillaje no se puede lavar en la lavadora, ya que el centrifugado la deforma y puede dañarla. Te recomendamos que sigas nuestros consejos para que puedas disfrutar durante más tiempo de tu herramienta de maquillaje favorita.
¿A diario, semanalmente o cada varios meses? La respuesta a esta pregunta está bastante clara: ¡a diario! Lo mejor es lavarla directamente después de terminar tu rutina de maquillaje. De este modo, la limpieza se convertirá en el último paso y no se te olvidará. Si utilizas la esponja de maquillaje a diario, deberías camb iarla cada tres meses más o menos. Para entonces, su superficie estará tan rugosa que ya podrá difuminar bien. Por otro lado, cada uso hace que entre más maquillaje en la esponja, por lo que cada vez será más difícil eliminar los residuos.