Las necesidades de nuestra piel cambian con las temperaturas más frías. Ahora necesita mucha hidratación y fórmulas enriquecidas que refuercen su barrera protectora. Pero el viento, el clima y el aire seco de la calefacción no sólo suponen una carga para nuestro rostro: ¡la piel de nuestro cuerpo y nuestras manos también está encantada de recibir una dosis extra de cuidados!
Las temperaturas frescas del exterior y el aire seco del interior pueden estresar la piel del rostro y debilitar sus funciones protectoras naturales. Los sueros y cremas hidratantes son lo que hay que utilizar ahora. Protegen la piel de la sequedad, evitan la desagradable sensación de tirantez y la mantienen suave y flexible.
En otoño, nuestra ropa vuelve a ser más larga y acogedora, y algunas zonas de la piel pueden caer en el olvido. Las ricas cremas corporales y los aceites calmantes nutren piernas, codos y similares, dejándolos suaves y tersos. A menudo, también tienen un delicado aroma que puedes intensificar con el spray corporal a juego: ¡así conviertes tu sesión de cuidado corporal en una delicia sensorial!
Nuestras manos están expuestas a menudo a las inclemencias del tiempo. El lavado frecuente de las manos y el uso de desinfectantes también contribuyen a que se resequen, se vuelvan ásperas y se agrieten más rápidamente, sobre todo en otoño. Las cremas de manos que contienen ingredientes hidratantes como la glicerina o la urea y aceites nutritivos ayudan a mantenerlas maravillosamente suaves.