Embarque con peldaños de terciopelo. La modesta Manille no se deja capturar, hay que adivinarla, no apresurarla, domarla, comprenderla. Hay que saborearlo para captar todas sus facetas. La luz brota de sus misterios. PARIS-MANILLE: un perfume con sabores de CARAMBOLE y frutos rosados, con sabor a ciruela y davana, con acentos de PATCHOULI y almizcle blanco.