Cacharel - Amor Amor Eau de parfum
Cacharel presenta una nueva intensidad amorosa.
Una fragancia cautivadora que perdura delicadamente en la piel, hipnótica pero profundamente reconfortante, y que encarna la emoción del primer amor. Amor Amor Eau de Parfum es una invitación a sumergirse de cabeza en el ardiente romance. Una fragancia para la mujer segura de sí misma, apasionada e intrépida, que no teme expresar su amor y dar el primer paso. Como los recuerdos imborrables del primer amor, se convierte en parte de ti.
El icónico frasco rojo evoca una audaz declaración, una invitación a sumergirse en la intensidad del primer amor. Y como símbolo de la pasión, el icónico frasco está adornado con una opulenta rosa en punta, que crece a medida que aumenta la intensidad del amor juvenil.
Esta nueva fragancia floral y almizclada para la piel tiene una magnífica rosa roja en su corazón, que encarna la naturaleza polifacética del amor: tierno pero sensual, delicado pero vibrante, cándido pero firme. La frescura de una rosa abraza la ternura de una jugosa pera, capturando la esencia de una historia de amor que se despliega y florece. Los embriagadores almizcles blancos crean un abrazo persistente sobre la piel recién besada.
Cacharel nos invita a redescubrir el poder del amor con Amor Amor, una fragancia que captura la magia y emoción del primer romance. Hipnótica y reconfortante a la vez, esta esencia se funde delicadamente en la piel, convirtiéndose en un recuerdo imborrable. Es una invitación a lanzarse sin reservas al amor ardiente, creada para la mujer apasionada y valiente que no teme dar el primer paso y expresar su sentir con todo su corazón.
El icónico frasco rojo de Amor Amor Cacharel es una declaración atrevida, un símbolo de la intensidad y el fuego del primer amor. Decorado con una exquisita rosa, su diseño crece junto con la pasión, evocando esa energía juvenil que todo lo consume.
En su corazón, una majestuosa rosa roja florece, representando la esencia del amor en todas sus formas: tierno y sensual, inocente pero poderoso. La frescura de la rosa se entrelaza con la dulzura jugosa de la pera, como una historia de amor que evoluciona y florece con el tiempo. Los almizcles blancos envuelven la piel con un abrazo suave, como el recuerdo de un beso inolvidable.