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CONSEJOS PARA UNA PIEL LUMINOSA Y RADIANTE

¡Deslumbra en cada paso!

¿Quieres una piel de aspecto saludable con poros finos que esté preciosa incluso sin maquillar? Entonces, ¡estás en el sitio correcto! Y es que, cuando tu piel está sana y con la hidratación óptima, brilla desde el interior. Por eso, hemos recopilado para ti los consejos definitivos para una piel deslumbrante y te contamos qué productos son imprescindibles en una para conseguir un maravilloso brillo natural.

Piel luminosa: aspectos clave

  • Una barrera cutánea intacta es importante para un resplandor natural, ya que protege la piel y regula su equilibrio de hidratación.
  • Para conseguirlo, confía en una rutina sencilla de limpiador facial, crema facial y protector solar.
  • También puedes utilizar sueros o exfoliantes con ingredientes activos adaptados a tu tipo de pie.

Consejos para una piel luminosa y radiante

1. Mantén el equilibrio de tu piel: cuidado sí, pero sin pasarse.

Nuestra piel produce grasas naturales que hidratan la piel, la hacen más resistente y le aportan brillo. Si cada día, o incluso varias veces al día, aplicas muchos productos diferentes para el cuidado de la piel, puedes estresar innecesariamente la piel y alterar su producción natural de grasas. Esto es especialmente cierto si eres fan de los exfoliantes y limpiadores faciales de grano grueso y con un alto contenido de alcohol. Y es que, si te «cuidas en exceso» o utilizas productos que puedan irritar tu piel, estarás destruyendo su equilibrio. Si le quitas a la piel sus grasas naturales, ya no se regenerará por sí misma y tendrá tendencia a la sequedad y las imperfecciones. Por eso, aunque la tentación de usar muchos productos sea grande, dale la oportunidad a tu piel de regenerarse por sí misma. Con una rutina sencilla, pero efectiva, te asegurarás de que tu barrera cutánea se mantenga intacta.

Tu rutina básica para una piel radiante debe incluir...

  • un gel o espuma limpiadora,
  • un exfoliante suave,
  • una crema hidratante y
  • un protector solar.

Una vez que tu piel se haya acostumbrado a los productos básicos fundamentales, podrás ir añadiendo otros productos, como los sérums y los contornos de ojos especiales. Ten en cuenta que debes ir despacio: ve introduciendo los productos uno a uno, dejando varias semanas entre uno y otro. De esta forma, tu piel tendrá tiempo para adaptarse lentamente a los nuevos ingredientes.

2. Una piel increíblemente suave: exfoliantes suaves para un nuevo brillo

Tu piel se regenera por sí misma regularmente. Sin embargo, si deseas una tez radiante, puedes acelerar este proceso con exfoliantes. Estos productos eliminan las células muertas de la superficie de la piel, afinan el cutis y pueden contrarrestar las primeras arrugas y líneas de expresión. Para empezar, te recomendamos que apliques un exfoliante químico suave. Este tipo de productos tienen una base de distintos ácidos que eliminan las células muertas, las impurezas y los primeros signos de envejecimiento, como las arrugas. Al principio, aplícalo solo una vez a la semana, antes de irte a dormir. Cuando tu piel se haya acostumbrado y si lo toleras bien, puedes aumentar la frecuencia de aplicación.

¿Cómo hacer una exfoliación química?: ¡así de fácil!

  1. Límpiate la cara con un gel o una espuma limpiadora y sécala bien.
  2. Vierte unas gotas de tu exfoliante químico en la mano y distribúyelo suavemente por tu cara, realizando movimientos circulares.
  3. Deja que se absorba hasta que notes la piel seca.
  4. Ahora es el turno de tu crema: distribuye una cantidad del tamaño de un guisante por tu cara y masajéala suavemente para evitar que la piel se reseque.

El ingrediente perfecto para la exfoliación diaria es el ácido láctico, por ejemplo. El ácido láctico es uno de los denominados ácidos frutales o ácidos AHA (AHA es la abreviatura de alfa hidroxiácidos). Este tipo de ácidos es soluble en agua y actúa en la superficie de la piel: allí se asegura de que tu piel esté bien hidratada y quede muy suave. Por eso, lo puedes utilizar incluso si tienes la piel sensible.

Ten en cuenta lo siguiente: debe pasar un tiempo hasta que puedas realizar la exfoliación a diario, ya que la piel tiene que acostumbrarse. ¿Cuánto tiempo exactamente? Eso depende de tu tipo de piel. Si tienes la piel sensible, puede que necesites incluso varios meses hasta que puedas aplicarlo sin que la piel se enrojezca ligeramente. Si tu tipo de piel es normal, es posible que, tras unas pocas aplicaciones, tu piel se acostumbre a la exfoliación. Pero, ¡no te preocupes! Te darás cuenta claramente de cuándo tu piel está preparada para la exfoliación diaria, ya que, después de cierto tiempo, no notarás nada al aplicar el exfoliante en tu piel. Ni picor, ni rojeces ni nada raro. Lo único que te quedará es la maravillosa sensación de una piel sedosa por la mañana. Por cierto, antes de utilizar un exfoliante químico en la cara por primera vez, siempre hay que hacer una «prueba de parche». En nuestra guía de exfoliación con ácidos frutales puedes leer en qué consiste y cómo funciona esta prueba.

3. Sin hidratación no hay brillo: ¿por qué necesitas una buena hidratante?

Si tienes la piel sensible o tendencia a las imperfecciones, está claro: ¡tu barrera cutánea está desequilibrada! Hoy en día, existen sustancias suaves e hidratantes como la glicerina, el ácido hialurónico o el Q10 que, combinadas en una crema facial, restablecen el equilibrio de tu piel sin obstruir los poros ni dejar una sensación pesada en la piel. Una crema hidratante aporta hidratación a la piel y, al mismo tiempo, la regenera paso a paso, hasta que pueda sanar por sí misma.

Para que tu piel esté radiante también en invierno, utiliza por la noche una crema que sea especialmente nutritiva. En invierno tu piel está expuesta a desafíos especiales debido al frío y a los grandes cambios de temperatura, lo que provoca que la piel produzca menos grasas y, por lo tanto, retenga menos hidratación y pueda agrietarse o resecarse. Por eso, entre octubre y marzo, utiliza una crema que actúe específicamente contra la piel seca.

4. Cuidado extra: aporta luminosidad a tu rostro con mascarillas

Las mascarillas de papel o las mascarillas hidratantes en crema te dan un impulso adicional de hidratación. Estas mascarillas contienen, por ejemplo, principios activos nutritivos de hoja de olivo, extracto de algas negras o vitamina E antioxidante. Los valiosos ingredientes penetran en las capas profundas de la piel y le aportan la hidratación que necesita para ofrecer un brillo saludable.

¿Cómo aplicar las mascarillas hidratantes?: mientras que las mascarillas de papel o sheet masks solo tienes que colocarlas sobre tu rostro y retirarlas después de unos 20 minutos, las mascarillas en crema tienes que aplicarlas con las manos o con una brocha sobre el rostro limpio, evitando la zona del contorno de ojos. Deja actuar la mascarilla aproximadamente unos 20 minutos y, a continuación, aclara con abundante agua tibia. Algunas mascarillas se pueden dejar actuar incluso toda la noche: tu piel absorberá en profundidad las sustancias hidratantes mientras duermes para conseguir una tez radiante de la noche a la mañana.

5. Imprescindible para una piel sana y radiante: protección solar

Un protector solar con suficiente factor de protección protege tu piel durante todo el año frente al envejecimiento prematuro, las manchas de pigmentación y otros daños ocasionados por la radiación UV. A pesar de que los rayos UV son más débiles en invierno que en verano, es importante que utilices protector solar incluso durante la época de frío. Para una protección efectiva, los adultos deben utilizar como mínimo un factor de protección solar 30. Puedes elegir entre cremas solares o sprays ligeros, según la textura que más te guste. Para evitar imperfecciones es muy importante que utilices un protector solar que haya sido desarrollado especialmente para el rostro.

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