En el cuerpo, la carnosina participa, entre otros, en procesos que colaboran a la prolongación del período de vida de las células . Por ello, a finales de los años 80 ya se supuso que la carnosina era una especie de sustancia antienvejecimiento (anti-aging) o retardadora del envejecimiento (slow-aging) . Aún cuando los mecanismos exactos todavía no se han aclarado completamente, existen estudios que indican que el uso tópico de la carnosina (aplicada sobre la piel) ofrece efectos positivos.
Aumenta el contenido en humedad de la piel y, con ello, mitiga la sequedad de la misma . En general, se consigue un alisamiento y una relajación de la piel . Además, parece que también mejora la cicatrización y, en la piel madura, se influencian positivamente el crecimiento y desarrollo de algunas células cutáneas. La piel también se beneficia del efecto antioxidante de la carnosina: neutraliza el estrés oxidativo y, con ello, protege el tejido y las estructuras celulares ante daños permanentes . Además, la carnosina es capaz de enlazar determinados iones de metal (quelación) que, en otro caso, inhibirían importantes procesos metabólicos de la piel.
Otro efecto está relacionado con la " inhibición" de la llamada "glicación" . Se ha podido demostrar que una crema enriquecida con carnosina reduce claramente la glicación de células cutáneas lo que, por su parte puede colaborar al retardo de los procesos de envejecimiento [3].