Paso 1: ponte crema en la piel y luego una base de maquillaje o una BB-Cream.
Paso 2: pon una pequeña cantidad de corrector bajo el lagrimal y bajo el borde inferior externo del ojo y difumina ambos puntos con tu dedo anular. También puedes utilizar una esponja beauty blender o un pincel.
Paso 3: opcionalmente, puedes fijar el corrector con polvos transparentes o spray fijador. Más abajo encontrarás una completa guía de cómo realizar tu nueva rutina con el corrector.
El secreto está en el nombre, que en inglés es "concealer". Esta palabra viene de "conceal", que significa algo así como "esconder". Y eso es exactamente lo que hace el corrector: con sus pigmentos de color oculta ojeras, impurezas de la piel y rojeces. Además, con el corrector puedes crear puntos de luz o crear contorno en tu rostro. Pero no todos los correctores pueden hacerlo todo al mismo tiempo. Te contamos qué clases de correctores hay y te explicamos para qué se utilizan los diferentes colores.
En forma líquida, en crema o en polvo: puedes encontrar numerosas clases de correctores. El corrector clásico es líquido y es fácil de aplicar. Su cobertura es más bien ligera. Para aumentarla, aplica varias capas. El corrector en crema contiene más pigmentos de color que el líquido, por eso tiene una mayor cobertura. La barra correctora es algo más compacta que el corrector cremoso. Básicamente, es como un pintalabios de color carne que se aplica en las zonas que deseas cubrir. El corrector en polvo está compuesto casi exclusivamente por pigmentos de color y por eso tiene la mayor cobertura.
La elección de la clase de corrector depende de tus necesidades y preferencias. Si deseas una cobertura intensa, la elección adecuada son las variantes en crema o en polvo. Si por el contrario deseas dejar entrever tu piel, lo mejor es que te decidas por los líquidos.
Los distintos correctores no solo se diferencian por su formato, sino también por su color. Dado que aclaran sombras o rojeces y deben igualarlas con el resto de la piel, los encontrarás en diferentes tonos.
También encontrarás cosméticos de cobertura en colores intensos como el rojo, el verde y el amarillo. Se denominan correctores de colores. Esto significa que las zonas de la piel de distinto color, como por ejemplo, las rojeces o las sombras, se igualan con el resto. Funcionan a través del contraste complementario, creando los colores que se encuentran opuestos en el círculo cromático. Si, por ejemplo, tienes ojeras de color violeta, recurre a un corrector de tono amarillo, que neutralizará fácilmente el violeta. Si la sombra es más bien verde, utiliza mejor el rojo. Con un corrector verde puedes hacer desaparecer las rojeces.
Con esta cantidad de clases y colores de correctores, es normal que te preguntes cuál es el adecuado para ti. Las tres preguntas siguientes te ayudarán a reducir las opciones entre las que elegir el corrector adecuado.
Te enseñamos paso a paso cómo cubrir las ojeras bajo los ojos para despejar tu mirada. Todo lo que necesitas es tu producto de cuidado de día habitual o un sérum, tu base de maquillaje, un corrector que sea aproximadamente un tono más claro que el de tu piel y polvos traslúcidos.
Antes de empezar con el corrector, debes preparar tu piel. Procede del mismo modo que en tu rutina diaria. Aporta una hidratación extra a la zona de los ojos, por ejemplo, con un sérum. Así la fina piel de alrededor de tus ojos se mantendrá hidratada durante todo el día y el corrector no se acumulará formando arrugas causadas por la sequedad. A continuación, ponte tu base de maquillaje. Si prefieres un efecto más natural, también puedes utilizar una BB-Cream . Lo importante es que consigas una base sobre la puedas difuminar luego el corrector. De lo contrario, el maquillaje no será uniforme.
Ahora aplica tu corrector. Para ello, pon una pequeña cantidad bajo el lagrimal y en el borde inferior externo del ojo. Ahora difumina ambos puntos hacia el centro con tu dedo anular, con una esponja beauty blender o un pincel, lo que te resulte más cómodo.
Para conseguir una mirada especialmente despierta, pon además un poco de corrector directamente bajo tu ceja y difumínalo hacia abajo. ¿Quieres también un efecto lifting? Vuelve al borde inferior externo de tu ojo. Pon un poco de corrector y aplícalo dando toquecitos en sentido diagonal hacia arriba, en dirección al contorno del rostro. Difumínalo ligeramente para que se integre armoniosamente. Esto elevará ópticamente tus párpados y te dará un aspecto fresco.
Si quieres que tu corrector dure más tiempo, puedes fijarlo como prefieras. Para ello, aplica una buena cantidad de polvos traslúcidos bajo los ojos y deja que hagan efecto. Después de unos minutos, retira el exceso de polvos con una brocha y difumina el resto en dirección a tus mejillas. Así conseguirás una transición armoniosa con tu rostro. Si te parece que esto lleva demasiado tiempo, también puedes utilizar un spray fijador. Solo tienes que rociarlo sobre el rostro. El spray se asienta y fija tu maquillaje para todo el día. Para conseguir una fijación realmente potente, combina los polvos y el spray fijador.
El corrector es un auténtico todoterreno como producto de belleza. Aquí encontrarás un pequeño resumen de cómo puedes utilizarlo además de en la zona de los ojos.
Tanto si están apareciendo impurezas en la piel como si tienes tendencia a las rojeces: puedes igualar fácilmente las zonas enrojecidas con un corrector verde. Al principio de tu rutina de maquillaje, pon un poco en la zona enrojecida y aplícalo con tu dedo anular o un utensilio de belleza. Esto mitigará la rojez y podrás continuar maquillándote de la forma habitual.
¿Te gustaría hacer invisibles las impurezas de tu piel? Esto es posible en parte con un corrector acorde con tu tono de piel. Primero aplica tu base de maquillaje y a continuación el corrector. Aplícalo en capas finas dando toquecitos sobre la zona deseada hasta que se funda con el resto de tu piel. Ahora la impureza de la piel apenas es visible.
Si quieres poner de relieve partes concretas de tu rostro, como por ejemplo, tu nariz, o bien aplicar un contorno, puedes hacerlo con un corrector. Este debe ser aproximadamente un tono más claro que el color natural de tu piel. Primero aplica tu base de maquillaje de la forma habitual. Ahora utiliza el corrector para poner puntos claros en las zonas que quieras resaltar, por ejemplo, en el tabique nasal y en la punta de la nariz. Distribúyelo a continuación con una esponja beauty blender. Ahora, estas zonas quedan resaltadas y le dan profundidad al rostro.