Tras el Mediterráneo, las orillas del Nilo y la naturaleza india, Hermés nos convida al 24, faubourg Saint Honoré en París, a su célebre tienda. En la última planta de la casa Hermès, sobre el tejado, se oculta un manzano, un peral, una magnolia e incluso algunas hierbas silvestres. Jean-Claude Elena, el perfumista de la marca califica el aroma que emana de este jardín de perfume de luz y de placer frutal vegetal floral. Composición florida frutal con una dimensión verde, la fragancia se inicia con notas de manzana, de hierba, y con un efecto pimentado. El corazón combina magnolia con una tonalidad de rosa. El fondo revela efluvios de tierra húmeda y de musgo de roble (evernia prunastri). Vuelve a aparecer el frasco característico de la colección, con una base de color verde. La caja se viste con un dibujo de la ciudad de París con vista al jardín de la casa Hermès.