El profundo resplandor de una fragancia de claroscuro, tanto amaderada como oriental.
La sensualidad del haba tonka y el incienso, subrayada por la profundidad del té negro.
Desde 2004, Eau des Merveilles ha sido la clave de la maravilla de Hermès. Entre inocencia y fantasía, sueños infantiles y feminidad. Un mundo donde lo extraordinario se revela a plena luz del día.