Si quieres probar el masaje de moda, primero tendrás que hacerte algunas preguntas: ¿qué cepillo debo utilizar? ¿Tengo que cepillar todo el cuerpo? O bien ¿con qué frecuencia y durante cuánto tiempo tengo que masajear el cuerpo para que sea efectivo? Para que puedas empezar pronto tu nueva rutina de belleza, aquí te indicamos paso a paso cómo funciona el cepillado en seco y qué debes tener en cuenta.
¿Qué cepillo debo utilizar?
Hoy en día, encontrarás una amplia gama de cepillos secos en las tiendas. En general, podemos distinguir entre dos variantes: el modelo más común es el cepillo con correa para la mano. Gracias a su práctico diseño, puedes engancharlo fácilmente en la mano para controlar la presión que aplicas. Por otro lado, también hay cepillos con un mango largo, que te permite llegar cómodamente a las partes de tu cuerpo que no podrías alcanzar con las manos, como la espalda, por ejemplo. Por lo tanto, tú misma puedes decidir cuál es la mejor variante para ti.
Una vez que hayas decidido la forma, tienes que elegir entre diferentes cerdas: la mayoría de los cepillos utilizan fibras naturales hechas de materiales vegetales, como el sisal, o de pelo animal, como las cerdas de cerdo. Ambos tipos de cerdas son duraderas y resistentes, por lo que no ceden al aplicar presión, lo que es muy importante para el cepillado en seco. A la hora de elegir, presta especial atención al grosor de las cerdas, que debe estar indicado en el embalaje correspondiente. Si tienes la piel sensible, asegúrate de elegir un cepillo suave, ya que tratará tu piel con mayor mimo. Las zonas más delicadas, como el escote, también se deben masajear con cepillos suaves. En cambio, la piel de las piernas es más robusta, por lo que se recomienda utilizar cepillos más duros. Nuestro consejo es que empieces con un cepillo suave para ver cómo reacciona tu piel. Si el enrojecimiento desaparece tras unos minutos y no sientes molestia en las partes del cuerpo que has cepillado, puedes utilizar una mayor dureza. Aumenta la intensidad del masaje en las zonas en las que te resulte cómodo y, si es necesario, trabaja con diferentes cepillos. Una vez que tengas un poco de práctica, ¡seguro que sabrás qué utilizar de forma intuitiva!