El acné tardío (o acné adulto) es una enfermedad cutánea no contagiosa que afecta a las glándulas sebáceas y a sus conductos excretores. El acné tardío tiene un origen y una manifestación muy similar a la del acné , pero suele ser más leve que el acné juvenil.
Síntomas del acné tardío
Los dermatólogos y dermatólogas estiman que hasta un 40 % de las personas adultas mayores de 25 años padecen acné tardío, y que las mujeres se ven especialmente afectadas. ¿Por qué? Al igual que en el acné, las hormonas desempeñan un papel decisivo en el acné tardío. Por eso, muchas mujeres lo padecen debido a cambios hormonales provocados por el ciclo menstrual, pero sobre todo después de dejar de tomar la píldora, durante el embarazo o durante la menopausia.
Además de las hormonas, también existen otros factores individuales que favorecen la aparición del acné tardío:
La aparición del acné tardío suele obedecer a diversos factores (como explicamos en el apartado anterior). Por ese motivo, es difícil identificar las causas y los factores desencadenantes individuales del acné tardío. La consecuencia de ello es que no hay un remedio universal para tratar el acné tardío.
En primer lugar, es importante que el acné tardío se diagnostique dermatológicamente, ya que esto constituye la base de un tratamiento específico, que también puede implicar una intervención médica. Además de la supervisión médica, el tratamiento del acné tardío incluye una serie de medidas diferentes. Entre ellas, podemos encontrar cambios en el estilo de vida (alimentación, deporte, gestión del estrés y un estilo de vida saludable), análisis del microbioma y tratamientos intestinales, así como un cuidado de la piel adecuado. Por último, el tiempo también es un factor decisivo, porque el tratamiento y los cuidados del acné tardío requieren sobre todo paciencia.
Las necesidades de cuidado de la piel con acné tardío se dividen esencialmente en dos categorías:
En resumen, esto significa concretamente:
La limpieza para el acné tardío debe ser exhaustiva y suave al mismo tiempo. Los geles y los syndets suaves sin alcohol, perfume ni partículas exfoliantes limpian la piel con suavidad y no la resecan.
Los sérums para el acné tardío emplean ingredientes calmantes y regeneradores que alivian la inflamación, disimulan las cicatrices de granos y ayudan a la piel a regenerarse. El pantenol, la alantoína, el bisabolol, la niacinamida y el zinc son algunos de los ingredientes que se suelen utilizar para calmar la piel con acné tardío. Los productos con retinol también son adecuados para los granos, la hiperpigmentación y las primeras arrugas.
Ten en cuenta que los exfoliantes utilizados para tratar el acné tardío deben ser químicos: vacían los poros obstruidos y mejoran la queratinización, favoreciendo así la regeneración cutánea y la mejor eliminación del exceso de sebo. Los exfoliantes con ácido salicílico, ácido láctico o ácido mandélico son especialmente adecuados, ya que también tienen un efecto antiinflamatorio. El ácido glicólico es adecuado para pieles secas, apagadas o deshidratadas porque favorece la regeneración cutánea, elimina células muertas de la piel y mejora el grado de hidratación de la piel.
Atención: cuando se utilizan exfoliantes, es obligatorio el uso diario de un protector solar (SPF 30 o superior), ya que la piel se vuelve más sensible a la luz. De todas formas, el protector solar debería formar parte de tu rutina diaria de cuidado aunque no utilices exfoliantes.
Los productos hidratantes para el acné tardío tienen en cuenta el hecho de que los afectados tienen tanto la piel grasa como seca. En este contexto, suelen utilizarse términos como «piel grasa deshidratada» o «piel seca y grasa». Esto quiere decir que la piel, a pesar de tener un exceso de grasa, puede carecer de hidratación al mismo tiempo. Por eso, lo mejor es utilizar cremas hidratantes ligeras, ya que hidratan la piel y contribuyen a su regeneración. De esta forma, la piel puede recuperarse de las inflamaciones y construir una barrera cutánea saludable.
La protección solar para el acné tardío es esencial porque la radiación UV favorece los procesos de envejecimiento prematuro de la piel, desencadena la inflamación y hace que la hiperpigmentación (cicatrices de granos) resalte con mayor intensidad. Por ello, siempre recomendamos utilizar un protector solar con una fotoprotección de al menos 30 a diario.
Tu nuevo enemigo: el alcohol
Evita los productos con un gran porcentaje de alcohol (INCI: alcohol o alcohol desnaturalizado). Los productos con fragancias fuertes tampoco son adecuados para el acné tardío, ya que el perfume, las fragancias o los aceites esenciales pueden irritar la piel y favorecer la inflamación.
No te toques la cara
Aunque te cueste, no te explotes los granos ni las pústulas, y deja que la piel descanse lo máximo posible. Te recomendamos realizar una limpieza facial profesional de vez en cuando y apostar por una rutina de cuidado de la piel eficaz.
Una limpieza demasiado intensa
Los limpiadores demasiado agresivos pueden alterar la barrera cutánea y el equilibrio de la piel. Nunca utilices jabones, ya que estos desequilibran el pH de la piel. Recuerda que, después de la limpieza, la piel debería tener una sensación agradable y no tirante; si no es así, la limpieza ha sido demasiado intensa y esto empeorará el acné tardío a largo plazo.
No utilices exfoliantes físicos
Olvídate de los exfoliantes con partículas físicas y de los cepillos faciales, ya que irritarán aún más la piel.
«Quien entiende cómo actúan las sustancias cosméticas, ya ha dado el primer paso para un cuidado efectivo de la piel», declara la doctora Sarah Schunter. Es doctora en bioquímica y le encanta desentrañar las listas de ingredientes de los productos cosméticos, que a menudo son crípticas. Descubre qué es lo que llevan y qué efecto tienen. Sarah señala convencida que con estos conocimientos se puede determinar el cuidado adecuado para cada tipo y estado de piel.
Bibliografía