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ACNÉ

El acné es una enfermedad de la piel que no tiene nada que ver con la higiene personal. De hecho, un aseo demasiado frecuente puede incluso favorecer su aparición. Descubre a continuación cuáles son las causa reales del acné

Información comprobada y creada
en colaboración con la doctora en bioquímica Sarah Schunter de Múnich.

El cuidado de la piel puede calmar y aliviar diferentes afecciones y enfermedades de la piel. Sin embargo, en caso de tener una enfermedad cutánea o sospechas de ella, siempre debe prevalecer el consejo de su médico. Los dermatólogos y las dermatólogas son los únicos que pueden emitir diagnósticos médicos válidos y, en caso necesario, recomendar los tratamientos farmacológicos adecuados.

Acné: conceptos básicos

  • Enfermedad de las glándulas sebáceas y sus conductos excretores
  • Es frecuente en adolescentes y mujeres a partir de los 30 años
  • El equilibrio hormonal desempeña un papel fundamental en la aparición del acné
  • El acné requiere una rutina de cuidado suave con ingredientes calmantes y antiinflamatorios, pero también exfoliantes y tratamientos médicos dermatológicos.

¿Cuáles son las causas del acné?

El acné es una enfermedad no contagiosa de las glándulas sebáceas y de sus conductos excretores. Generalmente, el acné también produce una mayor producción de sebo. Además, existe un trastorno de queratinización en la zona de los conductos excretores de las glándulas sebáceas. Todo esto lleva a que los conductos excretores de las glándulas sebáceas se estrechen o se obstruyan por completo. La consecuencia de esto es que se altera el flujo normal de producción de sebo y se forman puntos negros (comedones). Los comedones pueden estar cerrados (puntos blancos) o abiertos (puntos negros).

Las hormonas desempeñan un papel decisivo en el acné, ya que éstas influyen en el tamaño y la actividad de las glándulas sebáceas. Los andrógenos y los estrógenos, que están presentes tanto en hombres como en mujeres, pero en diferentes cantidades, cobran relevancia en este proceso. Habitualmente, los hombres tienen una mayor cantidad de andrógenos, mientras que los niveles de estrógenos tienden a ser bajos. En el caso de las mujeres, ocurre exactamente lo contrario.

El desequilibrio hormonal puede producir un exceso de andrógenos, lo que a su vez favorece la aparición del acné. Esto se debe a que los andrógenos aumentan el tamaño de las glándulas sebáceas y aceleran su actividad, mientras que los estrógenos tienen el efecto contrario. Existen periodos típicos en los que la cantidad de andrógenos y estrógenos se desequilibra:

  • Durante la pubertad: casi un 65 % de los adolescentes sufren acné
  • Antes y durante de la menstruación
  • Las mujeres suelen presentar un desequilibrio hormonal a partir de los 30 años

Además de esto, existe otro factor que empeora la gravedad del acné: la alteración del flujo de producción de sebo provoca la acumulación de ciertas bacterias cutáneas (propionibacterium) en la piel. Estas bacterias se alimentan del sebo y lo descomponen en ácidos grasos que favorecen la inflamación. Esto provoca inflamaciones dolorosas en el tejido circundante (pústulas, nódulos, pápulas) y también aumenta la formación de comedones.

Por lo tanto, el acné es principalmente un conjunto de diferentes circunstancias fisiológicas y no un problema de una limpieza facial insuficiente. De hecho, una limpieza demasiado intensa y excesiva puede causar problemas de acné. Consulte el apartado «Cuidado de la piel con acné» para obtener más información al respecto.

¿Debo ir al dermatólogo si tengo acné?

El acné (cuyo nombre científico es acne vulgaris) es una enfermedad cutánea crónica, que tiene diferentes formas y grados de gravedad. Por lo tanto, la visita a un dermatólogo o a una dermatóloga es imprescindible si quieres un diagnóstico preciso. La exploración dermatológica no solamente proporcionará información sobre el tipo de acné que tienes (consulta el cuadro informativo), sino que también puede utilizarse para evaluar si es necesario un tratamiento con medicamentos.

El acné es una afección crónica que ocurre durante un periodo de tiempo limitado. Por lo tanto, se podría pensar que para deshacerse del acné simplemente «hay que esperar a que se pase». Sin embargo, el tratamiento del acné es muy largo, ya que los síntomas y los signos remiten muy lentamente y pueden quedar daños cutáneas a largo plazo (por ejemplo, cicatrices de acné).

CUADRO INFORMATIVO

Los diferentes tipos de acné vulgar

  • Acné pápulo-pustuloso y comedónico: es el tipo más frecuente en adolescentes y jóvenes. Son habituales los comedones, así como las pápulas y pústulas inflamatorias.
  • Acné comedónico: aquí predominan los comedones abiertos y cerrados. Pueden inflamarse zonas individuales.
  • Acné cosmético: se trata de un tipo de acné causado por productos cosméticos, que se da principalmente en mujeres jóvenes en la zona de la barbilla y las mejillas. Este tipo se caracteriza por los numerosos comedones, así como algunos nódulos inflamatorios localizados profundamente en la piel.
  • Acné conglobata, acné fulminans y acné inversa: son tipos muy graves y destructivos de acné. Además, requieren cuidados médicos y dermatológicos intensivos.
  • Acné infantil o neonatal: este tipo de acné aparece en lactantes y niños pequeños debido a las hormonas, pero remite por sí solo al cabo de unos meses.
  • Acné estival: no es realmente acné, pero el aspecto de la piel es parecido al de esta afección. El acné estival aparece por la combinación de la radiación UV y los productos de protección solar que contienen aceite.
  • Acné por esteroides: este tipo de acné se produce por el uso de corticoides (por ejemplo, cortisona) y remite rápidamente al finalizar el tratamiento.

El aspecto típico de la piel con acné

El acné suele aparecer en zonas de la piel que tienen muchas glándulas sebáceas como la frente, la nariz, el mentón, la espalda, el pecho y los hombros. El aspecto típico de la piel con acné puede variar, aunque suele presentar los siguientes signos:

  • Poros dilatados en la piel
  • Zonas inflamatorias de la piel (eccema), especialmente en la zona de los folículos pilosos
  • Piel brillante
  • Comedones abiertos y cerrados
  • Quistes sebáceos
  • Pápulas, pústulas y nódulos dolorosos, a menudo inflamados y con pus

Dependiendo de la gravedad del acné, la piel puede parecer solo brillante y tener unos pocos comedones, hasta mostrar numerosas lesiones cutáneas muy inflamadas. La literatura médica clasifica la gravedad del acné en cuatro grados, que van desde el grado I (leve) al grado IV (muy grave). 

El cuidado de la piel con acné

Las personas que tengan acné grave (grado III) o muy grave (grado IV) deben acudir a especialistas para recibir el tratamiento adecuado. Sin embargo, las personas con acné leve o moderado sí pueden beneficiarse, tras haberlo consultado con su médico, de ciertas medidas cosméticas y de cuidado de la piel. A continuación, nos detendremos en este aspecto.

Todavía persiste la idea de que para curar el acné solo hace falta eliminar el exceso de grasa y que ésta se elimina mejor con alcohol y lavados agresivos. Aunque es cierto que debemos eliminar el exceso de grasa en la medida de lo posible, es importante hacerlo de forma suave y protegiendo la película grasa natural de la piel. Además de hidratación, la piel con acné también necesita cuidados calmantes, antiinflamatorios y seborreguladores.

Limpieza de la piel con acné

La limpieza debe ser profunda, pero respetuosa. Los productos limpiadores demasiado agresivos pueden afectar negativamente a la producción de sebo e incluso aumentarlo. Por eso, son adecuados los geles y syndets de lavado suaves sin alcohol, perfume ni partículas exfoliantes. En ningún caso deben utilizarse jabones, ya que alteran el pH de la piel y pueden liberar ácidos comedogénicos en la superficie de la piel.

Hidratación de la piel con acné

¿La piel con acné no necesita hidratación? ¡Error! Aunque la piel tenga mucho sebo, es posible que la piel de debajo esté deshidratada. Las cremas hidratantes ligeras no solamente proporcionan hidratación a las pieles con acné, sino que también evitan las texturas excesivamente ricas y grasas.

Exfoliación de la piel con acné

Para el acné, se recomiendan los exfoliantes químicos que contienen ácido salicílico, ácido mandélico o ácido láctico. Estos ingredientes son antiinflamatorios, tienen un efecto calmante, regulan la producción de sebo e incluso son hidratantes. Los exfoliantes con gránulos u otras sustancias exfoliantes físicas, así como los cepillos faciales, son contraproducentes en el caso de padecer acné. Por eso, es mejor no utilizarlos.

Tratamientos cosméticos y faciales para la piel con acné

Los tratamientos faciales profesionales pueden aliviar el acné si se realizan de forma regular. De esta forma, los comedones pueden eliminarse de forma profesional dañando la piel lo menos posible. Si lo haces tú mismo/a o alguien que no sea un profesional, corres el riesgo de dañar la piel innecesariamente (por ejemplo, hematomas en la piel por reventar granos y comedones). Esto suele causar irritaciones graves en la piel, que también puede inflamarse y dejar marcas difíciles de quitar.

¿Qué sustancias y principios activos son adecuados para el acné?

Lamentablemente, los productos diseñados para pieles con imperfecciones y con tendencia acneica contienen con frecuencia un alto porcentaje de alcohol (INCI: alcohol o alcohol desnaturalizado), sustancias secantes o fragancias fuertes. Esto puede irritar la piel e inflamarla aún más. La piel con acné, sin embargo, necesita principios activos calmantes, antiinflamatorios y seborreguladores:

  • Alantoína: hidratante, humectante y regeneradora
  • Ácido hialurónico: hidratante y re generador
  • Ácido láctico: activo contra comedones (comedolítico), hidratante y antiinflamatorio
  • Niacinamida: seborregula dora, calmante y equilibrante
  • Pantenol: hidratante, regenerador de la barrera cutánea y calmante
  • Ácido salicílico: exfoliante, comedolítico, seborregulador y antiinflamatorio
  • Retinol: antiinf lamatorio, comedolítico y regenerador
  • Ácido azelaico: exfoliante, an tiinflamatorio y antibacteriano

¿Qué más puede ayudar si tengo acné?

Además de la supervisión dermatológica, el posible tratamiento farmacológico y el cuidado adecuado de la piel, los expertos también suelen recomendar las siguientes medidas complementarias:

Alimentación y acné

Lo más importante es llevar una dieta equilibrada y sana con suficiente fibra. Además, evita los dulces, las grasas animales y los productos lácteos. Esto puede reducir la aparición de acné.

Deporte y acné

El deporte y la actividad física también pueden tener un efecto positivo sobre el estado de la piel. Sin embargo, es muy importante quitar el sudor de la piel rápidamente después de practicar deporte. Además, tampoco es bueno llevar la ropa sudada durante más tiempo del necesario.

Salud mental y acné

Muchas personas afectadas se sienten incómodas con su propia piel, limitan los contactos sociales y sufren de tensión psicológica. Por eso, es importante cuidar la salud mental. Algunos practican meditación o ejercicios para estar presentes en el aquí y ahora, escriben un diario o practican yoga. En caso de tener problemas psicológicos graves, se debe solicitar ayuda a un psicólogo o a una psicóloga. Dado que el estrés también se considera un factor desencadenante del acné, estas medidas también pueden mejorar o, en casos leves, ayudar a prevenir un brote.

Preguntas frecuentes sobre el acné

    

Sobre la autora
Sarah Schunter, doctora en bioquímica

«Quien entiende cómo actúan las sustancias cosméticas, ya ha dado el primer paso para un cuidado efectivo de la piel», explica la doctora en bioquímica S. Schunter. Es doctora en bioquímica y le encanta desentrañar las listas de sustancias de los productos cosméticos, que a menudo son crípticas. Descubre qué es lo que llevan y qué efecto tienen. Sarah señala convencida que con estos conocimientos se puede determinar el cuidado adecuado para cada tipo y estado de piel.

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Acné: causas y tratamiento ✔️ DOUGLAS

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